En términos estrictos la “guerra del centavo” en un fenómeno urbano. Cuando se produce en carreteras intermunicipales, la gente dice: “Están apostando carreras”.
En el fondo es lo mismo: el chofer atarván e irresponsable de un bus se le atraviesa a otro –se le “cierra”- con el objeto de ganarle un pasajero o de llegar primero al paradero.
El otro no se deja: con mayor irresponsabilidad y con la misma atarvanería, acelera, lo pasa, se le atraviesa, intenta sacarlo de la vía, sin importar la vida, ni la seguridad, ni mucho menos la tensión de las decenas o millones de pasajeros que llevan adentro, ni la integridad de los demás vehículos que comparten la calzada.
A veces más de dos buses participan en esa carrera de la muerte.
Los choferes se insultan, directamente, o mandan a sus ayudantes a insultarse.
Los pasajeros no contemplan siquiera la posibilidad de apearse. ¡¡De un bus a toda carrera quién se baja!!
Muchas veces el asunto no pasa de improperios, de acelerones, de sacudidas, de frenazos. Otras las consecuencias son muy graves: uno de los conductores, o todos, pierden el control, se salen de la vía, se estrellan cada uno contra el otro o contra un poste, atropellan a un grupo de peatones.
Quedan muertos, heridos, familias destrozadas, vidas mutiladas, ilusiones perdidas.
Si los culpables sobreviven, se siguen acusando mutuamente. Siempre encuentran argumentos para justificar su irresponsabilidad y su barbarie.
Si faltando segundos y milímetros para que ocurra un desastre, logran timonear, o frenar, o alguno de los choferes renuncia a la carrera, y los pasajeros y los transeuntes logran salvarse de manera milagrosa, cuando se encuentran en el paradero al final del recorrido, siguen malencarados, se sacan la madre, o se van abrazados a beber aguardiente -o wisky, si la plata les alcanza- para celebrar la gran hazaña a carcajadas. O todas las anteriores, de manera simultánea.
Hasta la próxima 'ruleta rusa'. Hasta la próxima apuesta de barbarie.
1 comentario:
Me parece el colmo que nosotros los pasajaros tengamos que pagar las consecuencias de la brutalidad de algunos conductores atarvanes, que compiten con otro bus, hay gente que se ha caido en los buses porque no alcanzan a cogerse y luego cuando uno se quiere bajar lo dejan donde se les da la gana; por ejemplo la buseta verde de número C-135 BOSA SAN JOSE que coge la Ciudad de Cali,la AV de la Esperanza,germania, siempre están compitiendo y no les importa las consecuencias ni lo que les pueda pasar a los pasajeros, y así hay otras rutas en las mismas.
Ojalá y hagan algo para que esto no siga sucediendo.
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